Para este primer artículo, quiero adentrarme en un área que domino muy bien, aún cuando en la actualidad me dedico casi al 100% a la imagen en movimiento, mis inicios (a nivel formal aproximadamente desde el 2006) están relacionados a la ingeniería de audio y la música.
Decidí hablar sobre este tema, ya que es muy común que me pregunten al respecto, respondiendo siempre con dos inclinaciones marcadas, una técnica teórica y otra simplemente de gusto personal.
Primero que nada, hay que saber a que nos referimos al hablar sobre análogo y digital. Análogo básicamente es una analogía de la realidad, en forma de voltaje. El sonido que entra por nuestros oídos es completamente análogo, son formas de onda calculadas en Hertz. Lo digital es una conversión en lenguaje binario para que los equipos electrónicos lo interpreten en “ceros” y “unos”. Bajo esta premisa, se preguntarán ¿si todo lo que escuchamos es análogo como existe lo digital? Pues ante esto, la forma más sencilla y rápida de explicar es que existen convertidores análogos/digitales (A/D) en la entrada de cualquier dispositivo que capture audio, y un convertidor digital/análogo (D/A) en la salida de cada dispositivo (por ejemplo un parlante o corneta de computadora que convierte este lenguaje binario en formas de onda).
Obviamente con el avance exponencial de la tecnología, este lenguaje nos está invadiendo totalmente, no solo en el audio sino en cada sector de nuestra existencia, ya sea en las comunicaciones, fotografía, cine, etc. Por lo que siempre comento que es bueno saber lo mejor y lo peor de ambos mundos.
¿Es mejor lo análogo?
¿Es mejor lo digital?
¿Qué elegir cuándo tenga estas interrogantes?
Ni mejor ni peor, todo depende a donde quieran llegar, y que resultado quieran obtener. Además de otros factores, como los económicos, la portabilidad, genero, tipo de arte que estén haciendo y un factor muy importante: GUSTO PROPIO.
Conocer es la clave
Como en cualquier ámbito en la vida, hay que saber lo que se quiere y cómo llegar a ello. Por lo tanto, lo mejor es investigar y saber cómo suena, cómo se ve y cómo funcionan estas dos tendencias.
Comparar y generar un criterio propio
Cada sistema tiene sus pros y sus contras. Por ejemplo, un efecto de distorsión análogo (como el Fender Blender que se muestra en la foto) es un pedal con un carácter propio, mediante su circuitería interna genera una saturación de la señal análoga modificándola de una manera agradable al oido de los que somos amantes de este efecto, mientras que una distorsión digital, ya sea mediante un plug-in o un dispositivo digital, modifica la señal ya convertida en digital, lo que le da un sonido un poco menos natural y quizás hasta como dicen algunos, un poco “plástico”. Pero no todo es “malo”, la ventaja de estos efectos digitales, además de lo mas obvio que es la portabilidad y su costo, es que son mucho más controlables, se pueden agregar y/o quitar sobre una señal clean que ya esté dentro de un software, son automatizables y además no se “equivocan”. Cosa que dentro del mundo análogo no es posible.
El efecto de delay por ejemplo, al ser una repetición matemática, en digital son completamente precisos. Los análogos intentan serlo, pero en contraparte a no ser tan exactos, dan una coloración muy agradable propia de ellos.
Opinión personal
Busquen la fusión perfecta entre ambas tendencias. Los plug-ins de máquinas de cinta son una excelente opción, cuando uno mezcla netamente en software o “in the box”, para simular un poco el color que generaba la cinta análoga . Sepan cómo suena cada cosa y cada género, así podrán romper las reglas. Un rock clásico al estilo de Led Zepellin tiene todas estas sonoridades análogas que nos encantan, pero un EDM al estilo de Skrillex tiene una sonoridad netamente digital que nos encanta también. ¿Por qué entonces no fusionar todo y ver qué pasa?
Extrapolemos esto a otros ámbitos
De igual forma, es muy romántico quedarse enamorados del look que daban las cámaras fotográficas y de cine cuando en vez de sensor usaban películas, algunos dirán que la calidad es superior ya que el digital realmente lo “simula”, pero en estos tiempos tan cambiantes hay que aprender a usar lo que tenemos a nuestra disposición y simplemente crear…